Bursitis y tendinitis son lesiones que afectan al área de las articulaciones. Aunque existen diferencias entre ambas, las dos producen la inflamación de los tejidos blandos que rodean el hueso de las articulaciones. Las dos patologías presentan dolor y limitación del movimiento de la articulación afectada. Los distintos tratamientos (reposo, antiinflamatorios, aplicación de hielo), tienen como fin rebajar la inflamación para recuperar la movilidad de la articulación dañada. En este post, te contamos las diferencias entre ambas lesiones, así como sus causas, síntomas y tratamiento.
Causas, síntomas y tratamiento de bursitis y tendinitis
Tanto la bursitis como la tendinitis se producen principalmente en hombros, rodillas, tobillos, muñecas y codos. Y en ambos casos, la lesión provoca la inflamación (y degeneración, en caso de no tratarse) de la zona de la articulación afectada. La diferencia principal entre estas dos lesiones radica en el tejido blando al que afectan. La bursitis afecta a la bursa, una bolsa de líquido sinovial que impide el roce del hueso con los tejidos blandos que abrazan las articulaciones. Por su parte, la tendinitis hace lo mismo a los tendones que ligan músculo y hueso.
Sea cual sea de las dos, las causas pueden deberse a un traumatismo, movimiento mecánico repetitivo o a patologías como artritis, reuma, gota o diabetes. Una práctica deportiva exigente, los malos hábitos posturales y el sedentarismo también pueden ser causantes de una u otra lesión.
Los síntomas que darán la alerta pasan por dolor de la articulación, inflamación y limitación del movimiento. En el caso de la bursitis, se produce un enrojecimiento de la piel y sensación de calor en la zona dañada. Además, el dolor suele llegar de forma repentina y localizada. Mientras, en la tendinitis el dolor es progresivo y con frecuencia se extiende, por ejemplo, del codo al antebrazo.
El tratamiento para estas dos clases de lesiones también es similar. Pasando por la aplicación de hielo sobre la articulación dañada, varias veces diarias durante unos días (alternando con calor, en el caso de la tendinitis). También es común la compresión de la articulación con el objetivo de limitar el movimiento los primeros días, acompañado de un periodo de reposo. Por último, la prescripción de antiinflamatorios también es habitual en aras de reducir la inflamación y, por tanto, la molestia o dolor. La cirugía es otra opción en caso de no funcionar el tratamiento habitual. En la bursitis, la operación consiste en la extracción de la bursa; en la tendinitis, se elimina el tejido inflamado.
Estaremos encantados de atenderte si tienes dudas o consultas sobre bursitis, tendinitis u otras dolencias. O pide cita en nuestra clínica para valorar el alcance de la lesión y aplicar el tratamiento idóneo. ¡Te esperamos!