😄 Podemos tratar lesiones deportivas con frío y calor
Generalmente, cuando sufrimos una pequeña lesión siempre nos surge la duda de si aplicar frío o calor para tratarla. La respuesta no solo depende del tipo de lesión, sino también del tiempo que haya transcurrido desde que nos hicimos esa ligera torcedura en el tobillo o desde que notamos esa molestia en el hombro tras haber cargado algo de peso. Pero vamos a intentar daros unos consejos de cómo tratar lesiones deportivas con frío y calor. Siempre dependerá del tipo de lesión pero generalmente los tratamientos de frío y calor, aliviarán la dolencia al aplicarlos sobre la zona afectada.
Es algo que podemos hacer nosotros mismos en nuestra casa y está muy bien como medida de urgencia casera, pero tan solo es una fase primaria dentro del proceso de curación. Seguidamente deberíamos ir a ponernos en manos de un profesional. Seguramente nos aconsejará un tratamiento, unos masajes y unos ejercicios de rehabilitación para recuperar la elasticidad y movilidad del músculo afectado y así garantizar una mejor y más rápida recuperación.
Además, para evitar empeorar aún más la lesión debemos saber exactamente en qué casos aplicar una u otra técnica como explicamos a continuación.
✔️ Tratamiento con frío
La crioterapia (aplicación de frío) hace que se contraigan los vasos sanguíneos, lo que hace que disminuya el riego sanguíneo y reduzca la inflamación. El uso de esta técnica está indicado en el caso de esguinces, golpes, tirones y otro tipo de dolores agudos no crónicos siempre que lo hagamos dentro de las primeras 24-48 horas. Podemos aplicar frío sobre la zona inflamada con bolsas de hielo, aerosoles, bolsas de gel frío-calor o baños de agua fría.
Es muy importante que siempre utilicemos un paño para evitar el contacto directo del hielo sobre nuestra piel.
✔️ Tratamiento con calor
La aplicación de calor (termoterapia) aumenta el flujo y favorece la circulación de la sangre al dilatar los vasos sanguíneos. Esto aporta oxígeno a la parte afectada y relajará la tensión muscular, aliviando así el dolor. Su uso es el indicado en contracturas, reumatismos y dolencias prolongadas o crónicas provocadas por la inflamación de músculos y huesos. Independientemente de la fuente de calor por la que optemos (bolsa de agua caliente, bolsa de gel frío-calor, etc.) siempre deberemos evitar el contacto directo de dicha fuente con nuestra piel.
En todos los casos recomendamos la consulta profesional para una óptima recuperación. ¡Llámanos y resolveremos tus dudas con mucho gusto!