Los apoyos en la pisada cuando estamos de pie, andamos o corremos, son muy importantes para estar bien equilibrados. El tener una buena pisada representa no llegar a malas posturas y deformaciones, incluso podemos llegar a evitar posibles caídas. Si apoyamos correctamente evitaremos dolencias mayores. Una mala pisada puede llevar a fascitis plantar, espolones o deformaciones de no poner los pies de la manera correcta. Debemos conocer cómo apoyar mejor en cada paso y saber que implica que los pies lleven todo el peso de nuestro cuerpo. Vamos a ver de qué forma podemos tener una buena pisada.
En los casos de que ya existe un problema derivado de una mala práctica en la pisada, podemos ver que deriva en pie supinador o pronador. Estos problemas vienen de apoyar más la parte externa o interna del pie al andar. Afectando, a la larga, a la musculación que entra en juego, ya que torcemos las rodillas, la cadera y todos los músculos implicados. Una mala pisada puede acabar afectando a todos los músculos, articulaciones y huesos que están implicados en ese movimiento.
También se da el caso en personas mayores que hay que corregirles la pisada con tratamientos específicos de fisioterapia para tratar ese problema e intentar suavizarlo. Evitando que llegue al extremo de dolor y malestar. Seguramente se alivie con ejercicios rutinarios que vayan corrigiendo la pisada, como el típico recurso útil de usar una pelota de tenis para mover adelante y atrás ejercitando la planta del pie.
Hay casos en los que directamente se recomienda el uso de plantillas especiales para que con la forma de la plantilla terapéutica obligue a pisar en la forma adecuada.
Claves para tener una pisada correcta
Debemos evitar que una mala pisada nos lleve a dolencias mayores. Si nos empieza a molestar es mejor consultar con el especialista y que nos analice la pisada, nos asesore de las posibles causas y los factores de riesgo a los que nos exponemos en nuestro caso. Al hacernos un análisis de la situación podremos determinar si influyen factores como el sobrepeso, posturas, las sobrecargas en los pies, los tipos de terreno por lo que solemos andar o entrenar, tipo de calzado que usamos o cómo es nuestra coordinación en el movimiento.
Las claves de la pisada correcta se basan en el tono de la musculatura abdominal y la forma en la que apoyemos el pie al andar. Son cosas inapreciables pero determinantes. Cada persona pisa de una forma, algunas apoyan primero los talones, cargan a un lado más que a otro y por eso es importante el estudio de la pisada. Según van pasando los años, puedes variar la forma de apoyo y no está demás hablar con un fisioterapeuta o podólogo para prevenir y estudiar si puede derivar en dolencias del pie en adultos.
Si ya de por sí es importante tener una buena pisada, en el caso de los corredores es clave para adoptar las técnicas de carrera y saber cómo sacarles partido. Además, pisar bien al practicar deporte es importante para evitar las temidas lesiones.
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